Antes de cerrar las
contraventanas
echa un vistazo al
roble de su jardín secreto,
su umbría
silenciosa ahoga los agapantos deshaciendo su azul sobre la última luciérnaga.
Hace un tiempo no
hacía falta,solía _suavemente_golpear sus ramas,y,
le regalaba una
hoja verde ,susurro bañado en nana poética de los niños crecidos,
vestía su
estancia con estrellas y lunas que cantaban con un tono algo inquietante,
melancólico, esa
manera que tenía de quererla.
Ella,ahora,pinta
puentes con carteles luminosos,trenza cometas frente a sus ojos,
pero él no mira,ni
sigue, ni deja huella,
su viento más interno
tal vez quiera enviarle la losa que mate la ilusión
con la que ella le
abrazaba ,tal vez le pesaba tanto que ya la piensa innecesaria.
Envolviéndose en la cáscara caída del tronco,ya deshilachada ,amaneció.
Se murió un poco al vislumbrar las primeras gotas de olvido sobre su almohada.
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