Hubo un tiempo en que se bebían a uvas con frambuesa,
arrullaban el vino rojo con notas de cedro y menta que latía
en sus arterias.
Hubo un tiempo de caricias satinadas sobre la cepa del
balsámico viñedo,
allí- siempre llovía candor-el frío de sus labios ardía
entre sus brazos
y sus cuerpos temblorosos eran la cueva del paisaje de los
mirlos cantores.
Hubo un tiempo-ahora-uno suspira en desasosiego por unos
ojos de yerba mate
recitando poemas -tango-del último bandoneón.
El otro -ella-sonríe con ternura, mordisqueando la última
baya del olvido
hasta que se
desesperece el sol en taninos intensos de la futura vendimia
cuerpo blanco ,sorbo verde dorado entre avellanas y manzanos.
Hubo un tiempo-me contaron-que él ya entonces, se mecía en los brazos de la milonga,
ahora ,Malena ,ya no baila en sus hombros de gaucho cansado,
y él vagando descalzo por la plaza de Mayo desgrana el dolor en refugios de lunas marchitas.
Tal vez en el ocaso recuerde que hubo un tiempo de uvas que jamás amó.
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