viernes, 11 de julio de 2014

TRISTEZA

No me sigas, tristeza.
No me persigas por la ciudad.
No te sientes a mi lado cuando tomo café.
No te quiero junto a mí cada tarde.
No quiero nada contigo.
No insistas cuando sabes que quiero estar solo.
Tampoco quiero que camines conmigo
de regreso a casa.
No entres a mi casa.
No me mires así mientras leo.
No pretendas enamorarme.
No te rías de mí.
Pero, sobre todo, no digas que tu nombre
es el de ella.



1 comentario:

  1. Al final, el nombre de la tristeza es el único fiel, el que siempre pronunciamos, el que nos acompaña hasta el final. Aunque se lo haya robado a quienes conocimos.
    Abrazos, siempre

    ResponderEliminar